Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.
Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
Salmo 27:13-14
La paciencia no es un atributo de todos, y no se diga en las grandes ciudades. Todo el mundo tiene prisa y mientras mas corto sea el tiempo de espera al realizar sus actividades diarias mucho mejor. ¡Hay esperas que parecen eternas! por ejemplo, el nacimiento de un bebé. Esperar nueve meses para ver a un pequeño ser humano es emocionante y te hace querer adelantar los días. Por otro lado existen circunstancias que también te hacen querer adelantar los días (pero por razones menos gratas) las guerras son ejemplo de ellas. Al terminar la segunda guerra mundial una gran parte del mundo la celebró, un día tan esperado, los soldados se sintieron aliviados (junto con sus familiares en casa), judíos rescatados y territorios liberados. Sin embargo, aún después de la guerra no se ha llegado a una paz mundial, tristemente para muchas personas su vida es un constante dolor tan solo esperan el final.
¿Alguna vez haz sentido que tu vida es un campo de batalla, que sin importar el tiempo que pase las cosas no se solucionan? .Si tu alma ha sido capturada por los conflictos de este mundo hay una buena noticia. Dios es nuestra esperanza y nuestro protector, a través del salmo 27 podemos ver como muestra su protección hacia sus hijos y como nos alienta a ser valientes.
De los versículos 1-12 encontramos estas verdades acerca de Dios:
Te cuida
Te da seguridad
Te hace anhelar su presencia
No te abandona
Realmente hubiéramos desmayado en el camino si no creyésemos en Dios, su bondad no lo permitió, y son todas aquellas cosas buenas que nos ha dado en la tierra que nos hacen esperar. Aquí en la tierra de los vivientes tenemos esperanza por quién es Dios y él nos dará la fortaleza que necesitemos, solo debemos buscarlo. No podemos retroceder, por mas difícil que sea la guerra aquí debemos de ser valientes y tomar ánimo.
Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.
Hebreos 10:23 NTV
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