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Dios no se ha olvidado de ti

¿Me habrá rechazado para siempre el Señor? ¿Nunca más volverá a ser bondadoso conmigo?

¿Se ha ido para siempre su amor inagotable? ¿Han dejado de cumplirse sus promesas para siempre? ¿Se ha olvidado Dios de ser bondadoso? ¿Habrá cerrado de un portazo la entrada a su compasión?

Salmos 77:7-9


"¡Dios escúchame!" es el clamor con el que el salmista inicia este canto de súplica. Y él sabía a quien clamar, sabía que Dios lo podía escuchar, sabía como buscar a Dios. Pero este hombre no encontró consuelo. Ni una respuesta vio. Pensar en Dios era una angustia, no podía dormir y llego al punto de no tener palabras para orar. Él recuerda los buenos momentos, los días felices en los que el sufrimiento era inexistente. Al meditar, la duda entraba a su corazón. ¿Dios me ha rechazado? ¿Se olvidó de mi?


Si alguna vez te haz sentido así entenderás la desesperación de querer escuchar a Dios hablar en el silencio. Que aunque conozcas de su Palabra no ha sido impedimento para que la duda entre, pero estamos expuestos a dudar, expuestos a desesperarnos. Aquellas temporadas en el desierto que nos hacen caminar en un escenario homogéneo, la vista es la misma. Momentos en los que nuestros pensamientos se convierten en nuestros enemigos, juzgando el camino en el que andamos. "Antes era mejor" o "antes Dios te escuchaba" pueden ser esas frases que estremezcan tu alma en tristeza.


Selah. Haz una pausa y recuerda todo lo que Dios ya ha hecho. Trae a memoria como te rescató y renovó tu vida. Dios no se ha olvidado de ti. Así la misma Palabra nos deja estas verdades:


1. Los caminos de Dios son perfectos: los caminos santos de Dios no llevan hacia él y es bueno reconocerlo. (Sal. 77:13)

2. Nada se puede comparar con Dios: ningún dios es tan poderoso, aún los dioses que son creados por nuestro corazón pueden satisfacernos tanto como él. (Sal. 77:13)

3. No tengas temor: él tiene control y dominio en esta tierra. (Sal. 77:14,16-18)

4. Recuerda como Dios te rescató: aférrate a la promesa de salvación, para ti y para tus futuras generaciones (Sal. 77:15)

5. Dios te guiará: cuando te encuentres rodeado el abrirá un camino nuevo, nunca te dejará en el desierto, y al salir de ahí te mostrará por donde ir. (Sal. 77:19-20)

Mi deseo es que siempre que te sientas aprisionado busques a Dios primeramente y su Palabra sea tu refugio. Espera en Él.


Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.

Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.

Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.

Lamentaciones 24-26

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